miércoles, 26 de mayo de 2010

Destrucción de tierras vírgenes y bosques tropicales

Un número cada vez mayor de seres humanos comienza a invadir las tierras vírgenes que quedan, incluso en áreas que eran consideradas más o menos a salvo de la explotación. La insaciable demanda de energía ha impuesto la necesidad de explotar el gas y el petróleo de las regiones árticas, poniendo en peligro el delicado equilibrio ecológico de los ecosistemas de tundra y su vida silvestre. Los bosques tropicales, sobre todo los del sudeste de Asia y los de la cuenca del río Amazonas, están siendo destruidos a un ritmo alarmante para obtener madera, despejar suelo para pastos y cultivos, para plantaciones de pinos y para asentamientos humanos. En la década de 1980 se llegó a estimar que las masas forestales estaban siendo destruidas a un ritmo de 20 hectáreas por minuto. Otra estimación daba una tasa de destrucción de más de 200 000 km2 al año. En 1993, los datos obtenidos vía satélite permitieron determinar un ritmo de destrucción de casi 15 000 km2 al año, sólo en la cuenca amazónica. La deforestación tropical podría llevar a la extinción de hasta 750 000 especies vegetales, lo que representaría la pérdida de toda una multiplicidad de productos: alimentos, fibras, fármacos, tintes, gomas y resinas. Además, la expansión de las tierras de cultivo y de pastoreo para ganado doméstico en África, así como el comercio ilegal de especies amenazadas y productos animales podría representar el fin de los grandes mamíferos africanos.

Abuso de pesticidas y otras sustancias tóxicas

Pesticidas o plaguicidas son los términos que se aplican a los agentes químicos usados en el control de plagas (insectos, malas hierbas, enfermedades de las plantas). El uso extensivo de pesticidas sintéticos derivados de los hidrocarburos clorados ha tenido efectos colaterales desastrosos para el medio ambiente. Estos pesticidas son muy persistentes y resistentes a la degradación biológica. Muy poco solubles en agua, se adhieren a los tejidos de las plantas y se acumulan en los suelos, en el fondo de las corrientes de agua y los estanques, y en la atmósfera. Una vez volatilizados, se distribuyen por todo el mundo, contaminando áreas silvestres a gran distancia de las regiones agrícolas. Son ingeridos por los herbívoros o penetran directamente a través de la piel de organismos acuáticos como los peces y diversos invertebrados, y se concentran aún más al pasar de los herbívoros a los carnívoros. Interfieren en el metabolismo del calcio de las aves, adelgazando las cáscaras de los huevos y malogrando su reproducción. Como resultado de esta situación, algunas grandes aves depredadoras y piscívoras se encuentran al borde de la extinción.

El uso de insecticidas basados en hidrocarburos halogenados como el DDT está disminuyendo con rapidez en todo el mundo desarrollado, aunque siguen usándose en grandes cantidades en los países en vías de desarrollo. Otro grupo de compuestos íntimamente vinculado al DDT, los bifenilos policlorados (PCB), se han utilizado durante años en la producción industrial, y han acabado penetrando en el medio ambiente. Su impacto sobre el hombre y la vida silvestre ha sido similar al de los pesticidas. Debido a su extremada toxicidad, el uso de PCB ha quedado restringido a los aislantes de los transformadores y condensadores eléctricos. El PCDD es el más tóxico de otro grupo relacionado de compuestos altamente tóxicos, las dioxinas o dibenzo-para-dioxinas. El grado de toxicidad para el hombre de estos compuestos carcinógenos aún no ha sido comprobado. El PCDD puede encontrarse en forma de impureza en conservantes para la madera y el papel y en herbicidas. El agente naranja, un defoliante muy utilizado, contiene trazas de dioxina.

Existen otras muchas sustancias tóxicas cuya fabricación, procesado, distribución, uso y eliminación representan un altísimo riesgo para el medio ambiente y la salud humana. La mayoría son productos químicos sintéticos que penetran en el medio ambiente y persisten en él durante largos periodos de tiempo. En los vertederos de productos químicos se producen concentraciones significativas de sustancias tóxicas. Si éstas se filtran al suelo o al agua, pueden contaminar el suministro de agua, el aire, las cosechas y los animales domésticos. Muchos de estos productos han sido asociados a defectos congénitos humanos, abortos y enfermedades orgánicas. A pesar de los riesgos conocidos, el problema aun no se encuentra en vías de solución. Se han fabricado más de 4 millones de productos químicos sintéticos nuevos en los últimos quince años, y cada año se crean entre 500 y 1000 nuevos productos más.

Destrucción de la capa de ozono

La capa de ozono es una región de la atmósfera que protege al planeta de los dañinos rayos ultravioleta (UV) a grandes alturas. Si no existiera esa capa gaseosa, que se encuentra a unos 40 km de altitud sobre el nivel del mar, la vida sería imposible sobre nuestro planeta. En las décadas de 1970 y 1980 se encontró que la actividad humana estaba teniendo un impacto negativo sobre el espesor de la capa. En 1985 se descubrió la existencia de un gran agujero centrado sobre la Antártida. Los estudios mostraron que la capa estaba siendo afectada por el uso creciente de clorofluorocarbonos (CFC), que se emplean en refrigeración, aire acondicionado, disolventes de limpieza, materiales de empaquetado y aerosoles. El cloro de los CFC es capaz de descomponer la molécula de ozono sin perder su capacidad de descomponer más moléculas. El adelgazamiento de la capa expone a la vida terrestre a un exceso de radiación UV, que puede producir cáncer de piel y cataratas, reducir la respuesta del sistema inmunológico, interferir en el proceso de fotosíntesis de las plantas y afectar al crecimiento del fitoplancton oceánico. A causa de la creciente amenaza que representan estos efectos sobre el medio ambiente, muchos países trabajan en el proyecto de suprimir la fabricación y uso de los CFC. No obstante, los CFC pueden permanecer en la atmósfera durante más de 100 años, por lo que la destrucción de la capa de ozono continuará representando una amenaza real durante varias décadas.

Aumento de las deposiciones ácidas

La precipitación ácida, también asociada al uso de los combustibles fósiles, tiene su causa en la emisión de dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno por las centrales térmicas y en los escapes de los vehículos de motor. Estos productos interactúan con la luz del sol y la humedad de la atmósfera produciendo ácidos sulfúrico y nítrico, que son transportados por la circulación atmosférica y caen a tierra, arrastrados por la lluvia y la nieve en la llamada lluvia ácida, que se ha convertido en un importante problema global. La acidez de algunas precipitaciones en el norte de Estados Unidos y Europa es equivalente a la del vinagre. La lluvia ácida corroe los metales, desgasta los edificios y monumentos de piedra, daña y mata la vegetación y acidifica lagos, corrientes de agua y suelos. También puede retardar el crecimiento de los bosques; se asocia al debilitamiento de éstos a grandes altitudes tanto en Norteamérica como en Europa. Durante la década de 1980 y a comienzos de la de 1990, algunos países industrializados mejoraron la calidad de su aire reduciendo la cantidad de partículas en suspensión así como la de productos químicos tóxicos como el plomo, pero las emisiones de dióxido de azufre y de óxidos nitrosos, precursores de la deposición ácida, aún son importantes.

Aumento de las emanaciones de dióxido de carbono (CO2)

Las investigaciones científicas indican que, aparentemente, la cantidad de CO2 atmosférico había permanecido estable durante siglos, en unas 260 ppm (partes por millón). En los últimos 100 años el CO2 en la atmósfera ha ascendido a 350 ppm a causa del uso indiscriminado de los combustibles fósiles (carbón, petróleo y sus derivados). Lo significativo de este cambio es que pudiera provocar un aumento de la temperatura de la Tierra a través del proceso conocido como efecto invernadero. El CO2 atmosférico tiende a impedir el enfriamiento normal de la Tierra, absorbiendo las radiaciones que usualmente ésta emite y que escapan al espacio exterior. Como el calor que escapa es menor, la temperatura global de la Tierra aumenta. Un calentamiento global de la atmósfera tendría graves efectos sobre el medio ambiente. Aceleraría la fusión de los casquetes polares, haría subir el nivel de los mares, cambiaría el clima, alteraría la vegetación natural y afectaría las cosechas.

Estos cambios, a su vez, tendrían un enorme impacto sobre la civilización humana. Desde 1850 hasta el presente se ha producido un aumento en la temperatura global de cerca de 1 oC. Algunos científicos rechazan las teorías del calentamiento, atribuyendo la subida de la temperatura a fluctuaciones normales del clima global. Sin embargo, otros predicen que el aumento de la concentración en la atmósfera de CO2 y otros "gases invernadero" dará origen que las temperaturas continúen subiendo. Las estimaciones van de 2 a 6 ºC para mediados del siglo XXI.

DEFICIONES BASICAS

El medio ambiente es el conjunto de elementos sin vida o abióticos (energía solar, atmósfera, agua y suelo) y elementos bióticos (organismos vivos) que integran la delgada capa de la Tierra llamada biosfera, sustento y hogar de los seres vivos.

La energía solar es la base energética de la vida, a través del proceso de la fotosíntesis en las plantas, y también de los restantes organismos vivos. La energía solar, junto a la energía radiante de la Tierra, hace que los vientos circulen continuamente en torno al planeta modificando el clima y las diferencias de temperatura entre las diferentes regiones geográficas.

La atmósfera es una mezcla gaseosa de nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono, vapor de agua, partículas de polvo y otros elementos y compuestos químicos en cantidades muy pequeñas. Protege a la Tierra del exceso de radiaciones ultravioleta y permite la existencia de vida.

El agua se encuentra principalmente en los océanos (97%), un 2% es hielo y el 1% restante es el agua dulce de los ríos, los lagos, las aguas subterráneas y la humedad de la atmósfera y el suelo.

El suelo es el delgado manto de materia que sustenta la vida terrestre. Es el resultado de la interacción de las rocas con la atmósfera y la vegetación a lo largo de miles y miles de años.

Los organismos vivos, incluyendo al hombre, dependen de todos estos factores. Las plantas se sirven del agua, del dióxido de carbono y de la luz solar para convertir materias primas en carbohidratos por medio de la fotosíntesis; la vida animal, a su vez, depende de las plantas en una secuencia de vínculos fuertemente interconectados entre sí.

El ser humano apareció tardíamente en la historia de la Tierra, pero ha sido capaz de modificar notablemente el medio ambiente con sus actividades. Gracias a sus peculiares capacidades mentales y físicas, el homo sapiens pudo escapar de las constricciones medioambientales que limitaban a las restantes especies y logró modificar el medio ambiente para adaptarlo a sus necesidades. Al igual que los demás animales, los hombres primitivos vivían en armonía con el medio ambiente.

El alejamiento de la vida salvaje comenzó en la prehistoria, con la primera revolución agrícola. La capacidad de controlar y usar el fuego le permitió al hombre modificar o eliminar la vegetación natural; la domesticación y pastoreo de animales herbívoros condujo a la sobreexplotación y a la erosión del suelo. El cultivo de plantas también llevó a la destrucción de la vegetación natural para hacer espacio a las cosechas. La demanda de leña llevó a la despoblación forestal de montañas y al agotamiento de bosques enteros. Los animales salvajes se cazaban por sus pieles, y no solo como alimento, y eran destruidos en caso de ser considerados plagas o depredadores.

Actualmente, las demandas sin precedentes a las que el desarrollo tecnológico y el rápido crecimiento de la población humana someten al medio ambiente, están produciendo un declive cada vez más acelerado de su calidad y de su capacidad para sustentar la vida.































jueves, 13 de mayo de 2010

Actualización de Abid Aslam

Las historias del consumidor son un ingrediente importante en la dieta de los medios de comunicación. Este artículo alcanzó cobertura en numerosas radioemisoras públicas y apareció en sitios del cyber espacio. Quizás lo que atrapó las imaginaciones fue nuestra afinidad con el tema: aparentemente, el cuerpo humano y la superficie de nuestro planeta se componen sobre todo de agua y sin ella, falleceríamos.


En ningún caso, la mayoría de los enfoques privilegió como fuente el papel de los investigadores de Washington –la sede de los “think tank” medioambientales–, centrándose principalmente en los intereses del consumidor (precio, pruebas y consecuencias para la salud humana del agua envasada). Cuando decidí escribir sobre el tema quise emplazar al Instituto de Políticas Medioambientales (EPI, en inglés), que apenas encontró “bonito” lo que hice, aportando un mínimo de contexto y antecedentes. Sin embargo, gran parte de la atención del lector también se centró en los aspectos ambientales y reguladores.


La información adicional sobre esta cuestión se puede obtener del EPI, un anfitrión de los grupos ambientales y del consumidor, y de las agencias gubernamentales relevantes: para el agua corriente, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU; y para el agua en botella, la Administración Federal de Alimentos y Drogas (FDA, en inglés).


Merecen mucho más atención las diferentes maneras en que operan estos reguladores (en los hechos son reguladores, en general) y su estructura y financiamiento, al igual que el resultado de una protección desigual de los ciudadanos.


Numerosas otras cuestiones tocadas en el artículo merecen un examen adicional. ¿Habría disposición a mejorar y reciclar las preocupaciones de la investigación concerniente a los recursos que se consumen para librarse de las botellas de agua vacías? Si los sistemas públicos de agua pueden entregar un producto más fiable a más personas a un costo más bajo, ¿cuándo el informe de EPI dirá, entonces, cuáles son los obstáculos a la inversión requerida en EEUU y en los países pobres? y ¿cómo los ciudadanos de aquí y allá superarían esos obstáculos?


A algunos lectores o a ciertos guardianes de contenido de los medios de comunicación, cualquiera de estas preguntas pueden parecerles esotéricas. Entonces, de nuevo, todos bebemos la pócima.

Ver los otros artículos del Proyecto censurado.

"Incluso en áreas donde existe agua de pozo segura para beber, la demanda en aumento de agua envasada está produciendo basura innecesaria y consumiendo grandes cantidades de energía", asegura un informe de la investigadora Emily Arnold, del Earth Policy Institute (Instituto de Políticas de la Tierra). Aunque en muchos lugares del mundo, incluyendo Europa y EEUU, existen regulaciones para controlar su calidad, el agua en botella puede costar hasta 10.000 veces más. Un galón de agua envasada en EEUU puede llegar a costar hasta más de 10 dólares (o sea, 2,64 dólares por litro), más del doble que la gasolina.


No se cuestiona que el agua potable limpia y barata sea esencial para la salud de nuestra comunidad global" –afirmó Arnold– "pero el agua envasada no es la respuesta en el mundo desarrollado, ni es la solución a los problemas de 1.100 millones de personas que carecen de un abastecimiento de agua segura. Ampliando y mejorando el tratamiento de aguas y el saneamiento de los sistemas existentes es más factible proporcionar fuentes seguras y sustentables de agua en el largo plazo".


Los países miembros de Naciones Unidas acordaron reducir a la mitad la proporción de gente que carece de acceso confiable y duradero al agua potable segura para el año 2015. Para alcanzar esta meta, habría que duplicar los 15 mil millones de dólares destinados cada año al abastecimiento y saneamiento del agua. Mientras que esta cantidad puede parecer enorme, empalidece en comparación a los 100 mil millones estimados como el gasto anual en agua envasada.



Recuperación de miles de botellas plásticas vacías para su correspondiente reciclaje, pero no es el caso para la mayor parte de estos envases fabricados en el mundo, ocasionando de hecho problemas de contaminación al no ser biodegradable.


El agua potable nos llega a través de una infraestructura que gasta energía de manera económica, mientras que el agua envasada se transporta a distancias a menudo largas a través del territorio nacional, por barco, tren, avión y camiones. Esto implica quemar cantidades masivas de combustibles fósiles.


Por ejemplo, en 2004 sólo una compañía de Helsinki envió 1,4 millones de botellas de agua finlandesa embotellada a 4.345 kilómetros, a la Arabia Saudita. Y aunque el 94 por ciento del agua en botella vendida en EEUU se produce nacionalmente, muchos estadounidenses consumen agua importada de hasta 9.000 kilómetros, como Fiji, y otros lugares lejanos, para satisfacer la demanda de lo que Arnold llama "agua envasada elegante y exótica".


Una vez que se haya vaciado, la botella debe ser desechada. Según el Instituto de Reciclaje de Envases, el 86 por ciento de las botellas plásticas de agua usadas en EEUU se convierten en basura o relleno. La incineración de las botellas usadas genera subproductos tóxicos tales como el gas clorado y ceniza similar a las que contienen los metales pesados que ya causan bastantes problemas en la salud humana y animal. Las botellas de agua enterradas pueden tomar hasta 1.000 años para biodegradarse.


El empaquetado del agua utiliza más combustibles fósiles. La mayoría de las botellas de agua se fabrican con terephthalate de polietileno, un plástico derivado del petróleo crudo. "Solamente la fabricación de botellas para resolver la demanda de los norteamericanos requiere anualmente más de 1,5 millones de barriles de petróleo, tanto como para aprovisionar de combustible a unos 100.000 automóviles de EEUU durante un año", anotó Arnold.


Una vez que se haya vaciado, la botella debe ser desechada. Según el Instituto de Reciclaje de Envases, el 86 por ciento de las botellas plásticas de agua usadas en EEUU se convierten en basura o relleno. La incineración de las botellas usadas genera subproductos tóxicos tales como el gas clorado y ceniza similar a las que contienen los metales pesados que ya causan bastantes problemas en la salud humana y animal. Las botellas de agua enterradas pueden tomar hasta 1.000 años para biodegradarse.


Por todo el mundo, se utilizan cada año unas 2,7 millones de toneladas de plástico para embotellar agua. De las botellas recolectadas para reciclar en 2004, EEUU exportó gruesamente el 40 por ciento a destinos tan lejanos como China, requiriendo con todo más combustible fósil.


Mientras tanto, las comunidades donde se origina el agua arriesgan que el flujo de sus fuentes quede seco. Más de cincuenta aldeas indias se han quejado de escasez de agua después que los embotelladores comenzaran a extraerles el agua para su venta bajo la etiqueta de Dasani, corporación de Coca Cola. Similares problemas se han conocido en Texas y en la región de los Grandes Lagos de Norteamérica, donde los granjeros, pescadores y otros que dependen del agua para su sustento están sufriendo con la extracción concentrada del líquido mientras que su agua de mesa escasea rápidamente.


Si los norteamericanos tienen el mayor consumo de agua en botella per capita, el crecimiento colectivo más rápido de la consumición radica en las poblaciones gigantes de México, la India y China. En su totalidad, el consumo de agua en botella en la India aumentó al triple a partir de 1999 hasta 2004, mientras que China lo ha más que doblado.


Mientras aumentan los beneficios de las sociedades privadas que venden más de 100 mil millones de dólares por año en agua envasada de calidad cuestionable, una regulación libre y más eficiente de los sistemas municipales permitiría poner en ejecución una distribución de agua potable segura para toda la gente del mundo por una fracción pequeña del precio.







































¿QUÉ ES LA DESTRUCCIÓN DE LA CAPA DE OZONO?

La atmósfera está constituida por varias moléculas que filtran los rayos del sol. Una de estas es el ozono (O3), la cual retiene los rayos ultravioleta, que cuando inciden directamente sobre los organismos, pueden alterar las células y ocasionar problemas como el cáncer. En la Patagonia se a reportado a fines de la década de 1990 la presencia de vacas y conejos ciegos, hecho que ha sido relacionado con la incidencia de los UV. Durante los últimos 20 años la liberación de clorofluoro carbonos y halones contenidos en aerosoles y otras substancias han destruido una gran parte de la capa de ozono y además han contribuido al efecto invernadero, pues permiten el ingreso de más calor, el cual es repelido en la atmósfera. Tomado de: EcoCiencia 2001. Biodiverciudad, un recorrido por la megadiversidad del Ecuador (CD_ ROM) Quito: EcoCiencia.

¿QUÉ ES EL EFECTO INVERNADERO?

El efecto invernadero es un fenómeno que consiste en lo siguiente: normalmente una parte de los rayos del sol que penetran a la atmósfera terrestre son reflejadas por el suelo y escapan nuevamente al espacio; sin embargo, debido a la acumulación de gases más pesados que aire en la misma atmósfera (como el CO2, los óxidos de nitrógeno o el metano) estos rayos calóricos son reflejados nuevamente hacia la tierra y ocurre un calentamiento global: es una especie de "fiebre del planeta". Lo que ocurre es que se acumula una capa de gases y actúa como el techo de un gigantesco invernadero.

CAMPO CLIMATICO GLOBAL

El clima sobre la tierra ha cambiado naturalmente desde siempre. Por ejemplo, durante las glaciaciones hace miles de años, el ambiente era mucho más frío y el límite de las nieves perpetuas se encontraba por debajo de los 3000 metros de altitud. En cambio, durante los períodos interglaciales como el que estamos viviendo ahora la temperatura aumenta. Si bien este fenómeno de calentamiento y enfriamiento es normal, se ha demostrado que ahora está ocurriendo en ritmo fuera de lo normal, sobre todo debido a la deforestación y la emisión de gases que causan el efecto invernadero o destruyen la capa de ozono.

LA CONTAMINACIÓN

La contaminación es, sin duda, un grave problema ambiental en todo el mundo. Esta es originada por las descargas de deshechos contaminantes al agua, al aire, o al suelo causadas por muchas actividades domésticas e industriales. Entre éstas destacamos a las industrias, el tráfico automotor, la inadecuada explotación de petróleo y de minerales, el uso de pesticidas y fertilizantes, las técnicas inadecuadas de pesca (por ejemplo usar dinamita), la construcción de carreteras u otras obras civiles, los botaderos de basura entre tantas otras. El ruido es también una forma de contaminación y está relacionado con todos los otros problemas. Si bien no es un fenómeno reciente -en la antigüedad ya hubo grandes envenenamientos del agua y del suelo-, si está claro que tomó severas magnitudes en el ámbito mundial a partir de la revolución Industrial, en el siglo XIX. Fue entonces que cuando en los ahora países industrializados -y también más contaminados- se construyeron fábricas que comenzaron a emitir grandes volúmenes de sustancias contaminantes, y se manufacturaron productos como los pesticidas u otros derivados del petróleo con gran poder tóxico para los seres vivos.


Desde ese momento histórico fue cada vez peor para el ambiente; el incremento de las industrias, con el consecuente aumento de la demanda de las materias primas para los procesos industriales, empujó la explotación hacia zonas desconocidas y vírgenes que fueron y son contaminadas al extraer no sustentablemente los recursos. Además, conforme hubo más fábricas se incrementaron las emisiones de gases, líquidos y sólidos al medio. En el caso de Ecuador, se pude decir que la contaminación a gran escala comenzó con la modernización del Estado a partir de la primera reforma Agraria en 1963, y que se afianzó con el auge petrolero a partir de la década de 1970. Hasta entonces, el Ecuador había sido un país típicamente agro exportador; en 1950 el 70% de la población vivía en el campo y apenas el 30% en las ciudades; no había tantas industrias ni automóviles ni se utilizaban tantos pesticidas como ahora; era un país diferente.
El auge petrolero enriqueció a muchas personas de la clase media, con lo cual se incrementó paulatinamente el número de industrias manufactureras y crecieron los centros urbanos. Las reformas agrarias y de colonización movilizaron a una gran cantidad de personas hacia zonas de la Costa y la Amazonía que no estaban colonizadas, con lo cual se incrementaron los monocultivos de palma africana y de té, entre otros. Ello ocasionó una gran contaminación por las procesadoras industriales de estos productos, las cuales vierten desechos a los ríos, el aire y al suelo. Además, los grandes monocultivos volvieron necesario el uso cada vez más intensivo de pesticidas para combatir las plagas. A partir de esta modernización comenzó un momento histórico sumamente significativo en la construcción del Ecuador que conocemos, durante el cual la situación ambiental, económica y social ha empeorado. En la década de 1980 hubo una caída de los precios del petróleo, pero ello no ocasionó la paralización de esta industria (por el contrario cada vez crece más), sino el esplendor de nuevas actividades productivas industriales a gran escala y sumamente contaminantes como la acuicultura de camarón, la minería y los cultivos de flores en la Sierra.


A comienzos del tercer milenio, más de 40 años después de los albores de dicha modernidad, las ciudades y las industrias han aumentado a tal punto que el 60% de la gente ecuatoriana ya vive en las ciudades y apenas el 40% en las áreas rurales, tendencia que sigue en aumento. Como consecuencia lejos de haber mejorado la situación del país, se ha agrandado la brecha entre ricos y pobres así como el número de gente pobre e indígena (el 70% de la población del país es pobre), con consecuencias como el incremento de la violencia. Asimismo, los manglares y bosques, ríos y lagunas, el aire, el suelo, los centros urbanos y rurales, sin discriminación, han sido y están siendo contaminados. Los contaminantes originados de actividades humanas están por doquier, pues se desplazan por el agua, el aire, o el suelo. Así, es claro que este macro problema ambiental tiene su origen -tanto en el Ecuador como en el mundo- en la ambición de poca gente que se ha enriquecido a costa de la pobreza de otra, de oligarcas cuya visión no va más allá del conteo de billetes y que poco les importa la conservación de la naturaleza. Se trata de una clase política y económica que padece de ceguera crónica, pues desde su hacienda o su yate no se da cuenta que su riqueza proviene justamente de la TIERRA que se está contaminando y depredando, de la biodiversidad. No se dan cuenta que si los recursos no son aprovechados sustentablemente, éstos finalmente desaparecerán sea en el corto o en el mediano plazo.


En las comunidades campesinas también se contamina, aunque a menor escala. Generalmente por ignorancia de los impactos negativos, muchas personas lavan sus bombas de fumigación en los sistemas dulceacuícolas como los ríos y lagunas, o bien botan la basura en quebradas o sitios inapropiados. Las consecuencias de la contaminación, tanto a escala global, como nacional, son diversas, pero en todos los casos fatales. Además de la misma pérdida de la biodiversidad, ocasiona severos impactos sobre la salud humana. En el caso de la contaminación del aire con gases que emiten las industrias y los automóviles, algunos de sus peores efectos en el corto plazo son conocidos: severos índices de contaminación en las ciudades; destrucción de la capa de ozono y el efecto invernadero (causas del cambio climático global con todos sus efectos colaterales); entre otros.
El uso de pesticidas venenosos para las personas ocasionó que en la década de 1980 muchos hombres que trabajaban en plantaciones de banano en la provincia de el Oro se volvieran estériles. Las compañías que usaron estos pesticidas, cuyo uso estaba prohibido en su país de origen, fueron demandadas, pero eso no solucionó el problema. Lo mismo sucedió en otros países de Centroamérica, los plaguicidas y fertilizantes también modifican las características físicas y químicas del suelo. En el caso de la industria petrolera, las aguas de formación que son extraídas del subsuelo junto con el petróleo y que luego son vertidas sin ningún tratamiento en los ríos han envenenado a mucha gente, animales domésticos y a diezmado la flora y fauna silvestre. El crudo de petróleo se derrama constantemente en el suelo, el agua dulce y el mar cuando es transportado. Las partículas que son emanadas al aire por actividades como la minería se depositan sobre las plantas, interfiriendo en la fotosíntesis; algunos gases industriales cambian el color de los vegetales y alteran su crecimiento. Estas plantas son comidas por insectos que a su vez son comidos por aves, que son comidas por personas que se mueren y son comidos por gusanos y bacterias.


Muchos contaminantes como el plomo o el mercurio se acumulan en la sangre para siempre y aumentan su toxicidad conforme pasan por las redes alimenticias naturales. Los floricultores emiten sustancias tóxicas al aire, al agua y al suelo que tiene efectos directos sobre la salud. En marzo de 2001 la gente de la ciudad de Amaguaña (50 Km de la ciudad de Quito) denunció problemas de la salud, sobre todo de niños y niñas asociados con las fumigaciones que se realizan en estas empresas. La contaminación deteriora la calidad del agua volviéndola a veces imbebible, también destruye las bellezas escénicas y los recursos genéticos. Es un problema que aumenta la pobreza y disminuye la calidad de vida de la gente, es una cadena de destrucción y muerte cuyos efectos visibles e invisibles se multiplican como una bola de nieve y afecta a todas las personas, inclusive a las élites. Este amplio espectro de impactos sobre todos los lugares y clases sociales es la razón por la cual todas las personas estamos comprometidas en lograr que los impactos de este problema se minimicen hasta desaparecer.


En el Ecuador existen leyes y reglamentos que prohíben la contaminación del aire, el agua, del suelo e inclusive la contaminación por ruido. Asimismo existen ordenanzas municipales en varias ciudades para minimizar los impactos de la contaminación, pese a ello el problema lejos de disminuir se incrementa cada día. El Ministerio del Ambiente ha creado una línea verde para receptar denuncias sobre contaminación: ahora hemos de esperar que los reglamentos y reglas sean cumplidas y que logremos entonces modificar los comportamientos actuales que contaminan en ambiente e implementar una sociedad con menos riesgos y más sustentable. La solución, sin duda pasa por la instalación de filtros, optimización de equipos, control biológico de plagas, uso de energías alternativas, y otras medidas de mitigación pero sobre todo por el cambio del modelo de desarrollo, en el cual las personas sean concientes de la importancia de no contaminar.

LA DESTRUCCIÓN Y FRAGMENTACION DE LOS HABITATS

La destrucción y fragmentación de los hábitats es el problema ambiental más grave en el Ecuador y en el mundo; por eso es considerado la mayor amenaza para la conservación de la biodiversidad y la principal causa de extinción de las especies silvestres. Esta destrucción o fragmentación ocurre cuando los ecosistemas naturales son intervenidos para llevar a cabo diversas actividades, por ejemplo cuando se desvía el curso de un río, cuando se drena un humedal, cuando se construye una carretera, o una represa, cuando se deforesta un bosque, etc. Algunas actividades humanas que originan la destrucción y fragmentación son la extracción de la madera, expansión de las fronteras agrícolas, la apertura de vías y la ampliación de los centros urbanos, los derrames de petróleo, la construcción de camaroneras en detrimento de los manglares y estuarios, etc.

La especie humana ha transformado entre el 40 y el 50% de la superficie terrestre mundial no cubierta por hielo en centros urbanos y agroecosistemas, y también en desiertos. Quizá lo más grave de está transformación es que sus impactos son irreversibles en el corto y mediano plazo; a veces para siempre. Por ejemplo, la fragmentación y destrucción puede alterar el clima local (variación de las lluvias, aumento de las radiaciones y viento), como ha sucedido en la provincia de Loja, donde la desaparición de los bosques ha disminuido las lluvias y ha permitido el avance del desierto. Esto ocurre porque es precisamente la cubierta vegetal la que se encarga de acumular el exceso de agua lluvia como una esponja para luego liberarla poco a poco; cuando se la destruye, el agua no es retenida y las épocas secas se prolongan.

Otros efectos son la pérdida de fertilidad del suelo (por el lavado de nutrientes) y pérdida de los factores que regulan las sequías e inundaciones, como sucede con la Costa cuando suceden los eventos del Niño y el agua corre por los ríos deforestados destruyéndolo todo.Asimismo, en regiones como la Costa del Ecuador o el frente de colonización del norte de la Amazonía se ha ocasionado una gran pérdida de biodiversidad. Por eso la Costa ha sido considerada como uno de los ejemplos mundiales de extinción masiva de plantas por deforestación y uno de los sitios donde la biodiversidad está más amenazada en el planeta. Estos impactos, a su vez, generan otros como la disminución de la calidad de vida, la pobreza, la migración hacia los centros urbanos y la formación de cinturones de miseria, problemas de salud, etc. Cuando ocurre la destrucción y fragmentación, los remanentes de bosques toman más y más las propiedades de islas oceánicas, es decir, se separan y cada vez están más distantes. Así, los sucesos de extinción local para especies y genes son incapaces de ser equilibrados por recolonización o flujos de genes. Por ejemplo, las poblaciones de oso andino del Ecuador corren el riesgo de aislarse en pocas áreas protegidas, lo cual impedirá el flujo genético entre éstas.

INTRODUCCIÓN DE ESPECIAS EXOTICAS

Una bomba de tiempo a lo largo de la historia, la gente ha transportado organismos de un lugar de la Tierra hacia otro, haciendo que estos superen barreras geográficas de difícilmente que hubieran traspasado por sí mismos. Algunas veces esa introducción ha sido deliberada y en otros accidental. Por ejemplo, el descubrimiento de América, conllevó la introducción premeditada de animales como vacas, ovejas o cerdos y de plantas como el café o el trigo, pero también llegaron con los conquistadores europeos organismos no deseados como ratas, bacterias, y virus infecciosos, entre otros. Inclusive hay quienes afirman que la conquista la hicieron estos microorganismos letales, pues fueron los que diezmaron a las poblaciones indígenas.


Las especies y variedades son introducidas a nuevos ecosistemas a partir de casi todas de las actividades y comportamientos humanos: algunas son la colonización, la expansión de la frontera agrícola, el turismo, el transporte de mascotas, la construcción de carreteras, la extracción de madera, la pesca y la agricultura de camarón. El impacto negativo de estas inserciones es casi siempre la pérdida de biodiversidad y todas sus secuelas (erosión, pobreza, aumento de la inmigración a las grandes ciudades, entre otras). Es evidente que en el Ecuador el fenómeno masivo de introducción de especies comenzó durante la conquista española y que desde entonces se ha incrementado. A finales del siglo XIX se importaron plantas como el Pino o el Eucalipto, y más recientemente, en el siglo XX, la Palma Africana, el avestruz, la rana toro, la trucha, las bacterias para hacer yogurt, el kikuyo, entre tantas otras especies. A comienzos del tercer milenio, hay en el país 600 especies de plantas vasculares introducidas y el número de animales y microorganismos exóticos es desconocido.



Si bien muchas especies y variedades introducidas han servido para mejorar la producción agropecuaria y la seguridad alimentaría, paradójicamente también, la comprometen, pues tienes impactos negativos sobre la biodiversidad de la que dependen los procesos productivos. Por ejemplo, el uso indiscriminado de pesticidas en los monocultivos de especies introducidas como el banano, contamina el agua que se usa en otros agroecosistemas. Asimismo, esta introducción puede conllevar la extinción de especies nativas, que son fuente de ingreso económicos por su belleza. De igual manera, la introducción de rebaños de vacas u ovejas es una de las principales causas de la destrucción de los bosques de la Sierra, y la implantación de monocultivos de banano o de palma africana han tenido el mismo impacto en los bosques de la Costa y la Amazonía. La introducida de rana de toro compite con las nativas y puede provocar extinciones locales; peces como la trucha o la tilapia son otros ejemplos de especies introducidas durante el siglo XX que causan graves perjuicios a la biodiversidad nativa. Las palomas domésticas son vectores de enfermedades y, lejos de embellecer a las ciudades, las deterioran con sus fecas. No así los colibríes, que alegran cualquier flor todos los días.



En Galápagos la introducción de animales y plantas ha tenido graves impactos. Allí, las especies nativas como las tortugas terrestres, los piqueros o los lobos marinos evolucionaron en ausencia de depredadores como gatos, perros o ratas, y por lo tanto son fácil presa de estos animales. Esta llegada de nuevos organismos ya ha causado extinciones de algunas especies de roedores de esas islas que no han sobrevivido a esta competencia. Las especies introducidas en Galápagos no solamente son un problema para las nativas; también lo son -en el largo plazo- para la gente del Archipiélago que vive del turismo y cuyos ingresos dependen de la existencia de las especies nativas, de los sobrecogedores paisajes. . ¿Qué pasaría, por ejemplo, si la introducida y agresiva Guayaba venciese a los árboles de Scalesia, únicos en el mundo ¿Qué pasaría si no sobreviviesen los Albatros porque sus huevos son comidos por ratas y gatos? Los Páramos y sus especies no han escapado a este problema ambiental. Estos ecosistemas son reforestados con Pinos, árboles propios de las zonas templadas del planeta que cuando son introducidas en estas tierras tropicales vuelven al suelo más ácido, modifican el hermoso paisaje andino y el ciclo de agua, y causan de pérdida del hábitats y especies nativas. Lo mismo sucede con los valles interandinos o algunas regiones de la Costa donde se prefiere el Eucalipto para reforestar, o donde se siembra indiscriminadamente Palma Africana en vez de otras palmas nativas como el Morete o la Ungurahua, entre otras, la cuales tienen inclusive mayor productividad de aceite y cuyo cultivo causa menos perjuicios al ambiente.



La introducción de especies s hace extensiva los microorganismos, los cuales también pueden ocasionar efectos negativos sobre el ambiente. Tal es el caso de hongo Fusarium oxysporum que esta siendo usado desde el 2001 para fumigar las plantaciones de Coca y Amapola en Colombia. Este hongo, además de ocasionar problemas a la salud de la gente campesina, está matando otros cultivos y organismos silvestres como mariposas y otros polinizadores y causando perdidas irreparables de biodiversidad. Siguiendo en el caso de los microorganismos, existe la hipótesis de que la declinación de anfibios en la Sierra se podría deber, entre otras cosas, a la presencia de un hongo introducido -presumiblemente proveniente de Australia- . La Rana Toro, además de competir por los recursos con las especies nativas, es el vector de enfermedades que afectan a los anfibios nativos. Los microorganismos introducidos también afectan a la salud humana: pensemos de nuevo en la conquista de América, cuando ciertos virus y bacterias mermaron a la mayoría de la población aborigen de continente: son los casos de la Tuberculosis, la Gripe o la Viruela. Son tantos los impactos negativos de la introducción de especies que este problema es considerado la segunda amenaza a la biodiversidad en el mundo, después de la destrucción y la fragmentación de los hábitats.



La solución es difícil, En los ecosistemas insulares como Galápagos o la Isla de la Plata se han emprendido acciones para erradicar organismos exóticos como cerdos, chivos, hormigas, gatos y perros salvajes, guayabas y supirrosas, que compiten con las nativas por los recursos y disminuyen sus poblaciones. Estas son acciones necesarias para garantizar que la biodiversidad de éstos ambientes no se deteriore. Sin embargo, en zonas del territorio continental es prácticamente imposible erradicar las especies introducidas, en algunos casos porque constituyen un fuente importante de ingresos y alimentos -como la vacas, los borregos o los pinos- y en otros porque hacerlo sería sumamente difícil y costoso -como el kikuyo o las ratas-. Debido a las dificultades para remediar el problema cuando las especies ya han sido introducidas, sin duda la mejor forma de enfrentarlo es evitando el nuevo transporte de especies hacia zonas donde aún no están presentes. Los controles deben hacerse en las fronteras de cada país, mediante las leyes que ya existen, pero también es necesario mejorar estas leyes, y controlar el movimiento de especies dentro del país. Es lo que se llama en un contexto amplio la biodiversidad.


Por ejemplo, no importar vacas ni carne que provenga de Europa para evitar la propagación del mal de las vacas locas, ese "prión" que ocasiona la Encefalopatía espongiforme.
Lastimosamente, el modelo de desarrollo vigente en el Ecuador conspira para que ésta actividad no amigable con el ambiente se incremente cada día. Muchas personas siguen introduciendo legal y clandestinamente nuevas especies y variedades; el Estado apoya en la mayoría de los casos el desarrollo de ésta "novedosas" actividades productivas, en vez de invertir en descubrir y desarrollar otras alternativas con los recursos nativos. Así, a comienzos de la década del 2000 se está introduciendo el gusano de seda en el Ecuador las repercusiones que ello traerá a la biodiversidad nativa, o se introducen variedades de camarón que podrían ser más susceptibles a las plagas . En el caso del gusano de seda, en pocos años estas criaturas podrían convertirse en una buena fuente de ingresos para algunas personas inversionistas, pero también podrían volverse plagas de lo bosques, lo cual redundara en un daño del patrimonio natural de todos lo ecuatorianos. Entonces, podría ser demasiado tarde para enmendar el error.


Lo mismo sucede con dos especies de caracoles europeos cuya importación es promovida por las cámaras de la producción, pese a que en los Estados Unidos son consideradas severas plagas de varios cultivos. Es como si activásemos cada vez una bomba de tiempo. Sin embargo, no seamos extremistas y pensemos que algunas especies introducidas al Ecuador también han ocasionado impactos más positivos que negativos, en especial sobre la seguridad alimentaría. En todo caso, esta es una actividad muy peligrosa y que debe ser bien controlada. Por ello antes de introducir cualquier especie al territorio nacional o de trasladarla de un región a otra (por ejemplo de la Costa a Galápagos), es necesario hacer un minucioso análisis de riesgo, caso por caso en cada organismo, y determinar sus posibles impactos negativos sobre la salud humana y el ambiente.



Este es un serio problema ambiental, y para combatirlo, además de prevenir la introducción de nuevas especies, es necesario usar la creatividad, dar educación ambiental y aprovechar sustentablemente la biodiversidad nativa. Es necesario dejar de copiar modelos de producción del Norte e investigar sobre los recursos del país, que por cierto son más abundantes y diversos. Eso ya ocurre en el Ecuador, pero se podría decir que se trata de personas visionarias y rebeldes. Por ejemplo, hay quienes se dedican a criar Llamas y Alpacas, en vez de ovejas y vacas, lo cual es beneficioso para los ecosistemas andinos pues estos animales tienen adaptaciones en sus patas que evitan que se destruya el suelo y, por el contrario, ayudan a la regeneración. También hay quienes en vez de criar gusanos de seda se dedican a producir mariposas nativas criadas legalmente.



Es necesario ser creativos ¡Sí!. Pero también es necesario tener en cuenta que los problemas ambientales del Ecuador solo podrán ser superados una vez que la élites económicas sean vencidas o convencidas y se implante en todos los niveles de las sociedades un modelo de desarrollo sustentable. Bajo este modelo se contemplaría, entre otras cosas, la experiencia que se tiene sobre la introducción de especies y se detendría esta globalización de organismos cuyos impactos negativos sobre la diversidad biológica son tan graves. Ello, por su puesto, es una tarea dura, pues la minoría que representa a las clases dominantes no está interesada. O quizá sí. Habrá que hacer presión política y leer en algunos años la nueva historia del mundo y del Ecuador. Tomado de: EcoCiencia. 2001. Biodiverciudad, un recorrido por la megadiversidad de Ecuador (CD- ROM) Quito- EcoCiencia.

LA SOBREXPLOTACION DE LOS RECURSOS NATURALES

La sobreexplotación de los recursos naturales se produce cuando se extraen los organismos o se explota los ecosistemas a un ritmo mayor que el de su regeneración natural. Por lo tanto, son varias las actividades que ocasionan este problema. El mayor impacto de la sobreexplotación es la pérdida de biodiversidad, es decir, la extinción del recurso, lo cual tiene otras consecuencias, tanto ambientales -por ejemplo la interrupción de la redes tróficas- como socioeconómicas, pues se pierde un fuente importante de ingresos y se deteriora la seguridad alimentaría, entre otras secuelas. En el Ecuador hay varios ejemplos de sobreexplotación; son muchas las especies y ecosistemas marinos, terrestres y dulceacuícolas que han sido y están siendo explotados desmedidamente hasta el punto que han desaparecido o están a punto de hacerlo. En el caso de las especies marinas, las actividades pesqueras industrial y artesanal se caracterizan por el aprovechamiento desmedido de los recursos. Por ejemplo, a principios de la década de 1980 se sobre pescaba Macarela, por lo cual a principios de la década de 1990 los volúmenes capturados disminuyeron notablemente. Lo mismo ha sucedido con la Sardina: en 1986 se llegó al pico máximo de captura: cerca de un millón de toneladas métricas. Pero a partir de ese año las capturas disminuyeron considerablemente y paulatinamente, hasta menos de 100.000 toneladas métricas a partir de 1990. La causa de este desastre: la sobreexplotación. Otros casos de especies marinas explotadas sin control son el de los pepinos de mar en Galápagos y de las larvas de camarón en la Costa. ¿Será ese el destino de las diversas especies de atún?


También las especies de agua dulce son sobreexplotadas, por ejemplo cuando se pesca con dinamita o barbasco y se mata peces de todos los tamaños, no solo de las especies que se quiere obtener sino también de otros organismos. Además no se discrimina entre huevos, juveniles y adultos: se destruye todo. En cuanto a las especies terrestres, algunos árboles maderables como el guayacán están en peligro de extinción debido a la sobreexplotación, y también algunas orquídeas y otros organismos son sobreaprovechados para el tráfico de especies. La cacería comercial e inclusive la de subsistencia, cuando son llevadas a cabo indiscriminadamente, también son ejemplos de sobreexplotación. Inclusive los ecosistemas naturales pueden ser sobreexplotados. Tales son los casos de los estuarios, espacios acuáticos sobreutilizados para establecer piscinas camaroneras, de lagunas andinas que proveen el agua, o de los bosques que son reforestados con diversos fines, entre muchos otros espacios.


Dado que los impactos de este problema son irreversibles, el Estado ecuatoriano, al igual que otras naciones, ha decretado vedas de algunas especies con el fin de permitir su recuperación. Sin embargo, en el Ecuador son comunes la pesca, cacería y tala ilegal. Pese a que existen leyes y sanciones, los sistemas de control no son suficientes para detener éste fenómeno y, además, hay una gran red de corrupción que impide hacerlo. Las élites económicas y políticas que sustentan su riqueza en estas prácticas no sustentables no están dispuestas a modificar el modo de producción vigente, lo cual vuelve aún más difícil mejorar la situación. El modelo de obtener los recursos mediante su sobreexplotación se hace extensivo -aunque en menor escala- a las comunidades campesinas e indígenas, a los ciudadanos y ciudadanas de toda clase social, de toda etnia. Está claro que para solucionar este problema ambiental, no son suficientes las vedas. Primero es necesario un cambio profundo del modelo de desarrollo hacia uno en el cual las actividades productivas sean llevadas a cabo sustentablemente. Esto implica, a su vez, transformar la forma de pescar, la cultura misma de todas las personas.


Así, el problema de la sobreexplotación implica dejar de creer que si un recurso está ahí se lo debe aprovechar al máximo para obtener grandes riquezas en el corto plazo, y darnos cuenta que si lo seguimos haciendo como hasta ahora se agotará. Ejemplos ya existen, ya los hemos heredado de generaciones anteriores y los hemos mencionado en este texto. Es a las nuevas generaciones a quienes compete promover este cambio. No se trata de decir "ya no se explote más", sino de aprender a aprovechar sin depredar, y también a distribuir mejor los beneficios. Tomado de: EcoCiencia. 2001. Biodiverciudad, un recorrido por la megadiversidad de Ecuador (CD- ROM) Quito- EcoCiencia.



























































































































PROBLEMAS AMBIENTALES

La frase "problema ambiental" se refiere a situaciones ocasionadas por actividades, procesos o comportamientos humanos, -económicos, sociales, culturales y políticos, entre otros-, que trastornan el entorno y ocasionan impactos negativos sobre el ambiente, la economía y la sociedad. En el Ecuador hay cuatro grandes problemas o "macroproblemas ambientales": la destrucción y fragmentación de los hábitats, la introducción de especies exóticas, la sobreexplotación de recursos naturales y la contaminación. A éstos podríamos sumar uno más: el cambio climático global, cuyos efectos en el mediano y largo plazo ponen en riesgo la biodiversidad y la calidad de vida de toda la humanidad.

Cada macroproblema puede ser causado por una o varias actividades humanas, y también puede ocasionar uno o varios impactos negativos. Por ejemplo, las industrias o la aplicación indiscriminada de pesticidas son algunas actividades que ocasionan contaminación y entre sus consecuencias más graves para el ambiente y las personas se cuenta la pérdida de biodiversidad y la disminución de la calidad de vida. Los problemas ambientales comenzaron a gran escala en el Ecuador a partir de la modernización del país, aproximadamente desde la década de 1950.

Ponemos a su disposición la descripción de los problemas ambientales y esperamos contribuir a sensibilizar sobre un manejo sustentable de los recursos.

Fuente: EcoCiencia. 2001. Biodiverciudad, un recorrido por la megadiversidad de Ecuador (CD- ROM) Quito- EcoCiencia.