Una bomba de tiempo a lo largo de la historia, la gente ha transportado organismos de un lugar de la Tierra hacia otro, haciendo que estos superen barreras geográficas de difícilmente que hubieran traspasado por sí mismos. Algunas veces esa introducción ha sido deliberada y en otros accidental. Por ejemplo, el descubrimiento de América, conllevó la introducción premeditada de animales como vacas, ovejas o cerdos y de plantas como el café o el trigo, pero también llegaron con los conquistadores europeos organismos no deseados como ratas, bacterias, y virus infecciosos, entre otros. Inclusive hay quienes afirman que la conquista la hicieron estos microorganismos letales, pues fueron los que diezmaron a las poblaciones indígenas.
Las especies y variedades son introducidas a nuevos ecosistemas a partir de casi todas de las actividades y comportamientos humanos: algunas son la colonización, la expansión de la frontera agrícola, el turismo, el transporte de mascotas, la construcción de carreteras, la extracción de madera, la pesca y la agricultura de camarón. El impacto negativo de estas inserciones es casi siempre la pérdida de biodiversidad y todas sus secuelas (erosión, pobreza, aumento de la inmigración a las grandes ciudades, entre otras). Es evidente que en el Ecuador el fenómeno masivo de introducción de especies comenzó durante la conquista española y que desde entonces se ha incrementado. A finales del siglo XIX se importaron plantas como el Pino o el Eucalipto, y más recientemente, en el siglo XX, la Palma Africana, el avestruz, la rana toro, la trucha, las bacterias para hacer yogurt, el kikuyo, entre tantas otras especies. A comienzos del tercer milenio, hay en el país 600 especies de plantas vasculares introducidas y el número de animales y microorganismos exóticos es desconocido.
Si bien muchas especies y variedades introducidas han servido para mejorar la producción agropecuaria y la seguridad alimentaría, paradójicamente también, la comprometen, pues tienes impactos negativos sobre la biodiversidad de la que dependen los procesos productivos. Por ejemplo, el uso indiscriminado de pesticidas en los monocultivos de especies introducidas como el banano, contamina el agua que se usa en otros agroecosistemas. Asimismo, esta introducción puede conllevar la extinción de especies nativas, que son fuente de ingreso económicos por su belleza. De igual manera, la introducción de rebaños de vacas u ovejas es una de las principales causas de la destrucción de los bosques de la Sierra, y la implantación de monocultivos de banano o de palma africana han tenido el mismo impacto en los bosques de la Costa y la Amazonía. La introducida de rana de toro compite con las nativas y puede provocar extinciones locales; peces como la trucha o la tilapia son otros ejemplos de especies introducidas durante el siglo XX que causan graves perjuicios a la biodiversidad nativa. Las palomas domésticas son vectores de enfermedades y, lejos de embellecer a las ciudades, las deterioran con sus fecas. No así los colibríes, que alegran cualquier flor todos los días.
En Galápagos la introducción de animales y plantas ha tenido graves impactos. Allí, las especies nativas como las tortugas terrestres, los piqueros o los lobos marinos evolucionaron en ausencia de depredadores como gatos, perros o ratas, y por lo tanto son fácil presa de estos animales. Esta llegada de nuevos organismos ya ha causado extinciones de algunas especies de roedores de esas islas que no han sobrevivido a esta competencia. Las especies introducidas en Galápagos no solamente son un problema para las nativas; también lo son -en el largo plazo- para la gente del Archipiélago que vive del turismo y cuyos ingresos dependen de la existencia de las especies nativas, de los sobrecogedores paisajes. . ¿Qué pasaría, por ejemplo, si la introducida y agresiva Guayaba venciese a los árboles de Scalesia, únicos en el mundo ¿Qué pasaría si no sobreviviesen los Albatros porque sus huevos son comidos por ratas y gatos? Los Páramos y sus especies no han escapado a este problema ambiental. Estos ecosistemas son reforestados con Pinos, árboles propios de las zonas templadas del planeta que cuando son introducidas en estas tierras tropicales vuelven al suelo más ácido, modifican el hermoso paisaje andino y el ciclo de agua, y causan de pérdida del hábitats y especies nativas. Lo mismo sucede con los valles interandinos o algunas regiones de la Costa donde se prefiere el Eucalipto para reforestar, o donde se siembra indiscriminadamente Palma Africana en vez de otras palmas nativas como el Morete o la Ungurahua, entre otras, la cuales tienen inclusive mayor productividad de aceite y cuyo cultivo causa menos perjuicios al ambiente.
La introducción de especies s hace extensiva los microorganismos, los cuales también pueden ocasionar efectos negativos sobre el ambiente. Tal es el caso de hongo Fusarium oxysporum que esta siendo usado desde el 2001 para fumigar las plantaciones de Coca y Amapola en Colombia. Este hongo, además de ocasionar problemas a la salud de la gente campesina, está matando otros cultivos y organismos silvestres como mariposas y otros polinizadores y causando perdidas irreparables de biodiversidad. Siguiendo en el caso de los microorganismos, existe la hipótesis de que la declinación de anfibios en la Sierra se podría deber, entre otras cosas, a la presencia de un hongo introducido -presumiblemente proveniente de Australia- . La Rana Toro, además de competir por los recursos con las especies nativas, es el vector de enfermedades que afectan a los anfibios nativos. Los microorganismos introducidos también afectan a la salud humana: pensemos de nuevo en la conquista de América, cuando ciertos virus y bacterias mermaron a la mayoría de la población aborigen de continente: son los casos de la Tuberculosis, la Gripe o la Viruela. Son tantos los impactos negativos de la introducción de especies que este problema es considerado la segunda amenaza a la biodiversidad en el mundo, después de la destrucción y la fragmentación de los hábitats.
La solución es difícil, En los ecosistemas insulares como Galápagos o la Isla de la Plata se han emprendido acciones para erradicar organismos exóticos como cerdos, chivos, hormigas, gatos y perros salvajes, guayabas y supirrosas, que compiten con las nativas por los recursos y disminuyen sus poblaciones. Estas son acciones necesarias para garantizar que la biodiversidad de éstos ambientes no se deteriore. Sin embargo, en zonas del territorio continental es prácticamente imposible erradicar las especies introducidas, en algunos casos porque constituyen un fuente importante de ingresos y alimentos -como la vacas, los borregos o los pinos- y en otros porque hacerlo sería sumamente difícil y costoso -como el kikuyo o las ratas-. Debido a las dificultades para remediar el problema cuando las especies ya han sido introducidas, sin duda la mejor forma de enfrentarlo es evitando el nuevo transporte de especies hacia zonas donde aún no están presentes. Los controles deben hacerse en las fronteras de cada país, mediante las leyes que ya existen, pero también es necesario mejorar estas leyes, y controlar el movimiento de especies dentro del país. Es lo que se llama en un contexto amplio la biodiversidad.
Por ejemplo, no importar vacas ni carne que provenga de Europa para evitar la propagación del mal de las vacas locas, ese "prión" que ocasiona la Encefalopatía espongiforme.
Lastimosamente, el modelo de desarrollo vigente en el Ecuador conspira para que ésta actividad no amigable con el ambiente se incremente cada día. Muchas personas siguen introduciendo legal y clandestinamente nuevas especies y variedades; el Estado apoya en la mayoría de los casos el desarrollo de ésta "novedosas" actividades productivas, en vez de invertir en descubrir y desarrollar otras alternativas con los recursos nativos. Así, a comienzos de la década del 2000 se está introduciendo el gusano de seda en el Ecuador las repercusiones que ello traerá a la biodiversidad nativa, o se introducen variedades de camarón que podrían ser más susceptibles a las plagas . En el caso del gusano de seda, en pocos años estas criaturas podrían convertirse en una buena fuente de ingresos para algunas personas inversionistas, pero también podrían volverse plagas de lo bosques, lo cual redundara en un daño del patrimonio natural de todos lo ecuatorianos. Entonces, podría ser demasiado tarde para enmendar el error.
Lo mismo sucede con dos especies de caracoles europeos cuya importación es promovida por las cámaras de la producción, pese a que en los Estados Unidos son consideradas severas plagas de varios cultivos. Es como si activásemos cada vez una bomba de tiempo. Sin embargo, no seamos extremistas y pensemos que algunas especies introducidas al Ecuador también han ocasionado impactos más positivos que negativos, en especial sobre la seguridad alimentaría. En todo caso, esta es una actividad muy peligrosa y que debe ser bien controlada. Por ello antes de introducir cualquier especie al territorio nacional o de trasladarla de un región a otra (por ejemplo de la Costa a Galápagos), es necesario hacer un minucioso análisis de riesgo, caso por caso en cada organismo, y determinar sus posibles impactos negativos sobre la salud humana y el ambiente.
Este es un serio problema ambiental, y para combatirlo, además de prevenir la introducción de nuevas especies, es necesario usar la creatividad, dar educación ambiental y aprovechar sustentablemente la biodiversidad nativa. Es necesario dejar de copiar modelos de producción del Norte e investigar sobre los recursos del país, que por cierto son más abundantes y diversos. Eso ya ocurre en el Ecuador, pero se podría decir que se trata de personas visionarias y rebeldes. Por ejemplo, hay quienes se dedican a criar Llamas y Alpacas, en vez de ovejas y vacas, lo cual es beneficioso para los ecosistemas andinos pues estos animales tienen adaptaciones en sus patas que evitan que se destruya el suelo y, por el contrario, ayudan a la regeneración. También hay quienes en vez de criar gusanos de seda se dedican a producir mariposas nativas criadas legalmente.
Es necesario ser creativos ¡Sí!. Pero también es necesario tener en cuenta que los problemas ambientales del Ecuador solo podrán ser superados una vez que la élites económicas sean vencidas o convencidas y se implante en todos los niveles de las sociedades un modelo de desarrollo sustentable. Bajo este modelo se contemplaría, entre otras cosas, la experiencia que se tiene sobre la introducción de especies y se detendría esta globalización de organismos cuyos impactos negativos sobre la diversidad biológica son tan graves. Ello, por su puesto, es una tarea dura, pues la minoría que representa a las clases dominantes no está interesada. O quizá sí. Habrá que hacer presión política y leer en algunos años la nueva historia del mundo y del Ecuador. Tomado de: EcoCiencia. 2001. Biodiverciudad, un recorrido por la megadiversidad de Ecuador (CD- ROM) Quito- EcoCiencia.
Excelente artículo, continúa escribiendo así.
ResponderEliminarhola muy bueno el articulo gracias. podrias por favor colocar la fuente de A comienzos del tercer milenio, hay en el país 600 especies de plantas vasculares introducidas y el número de animales y microorganismos exóticos es desconocido. gracias
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