jueves, 13 de mayo de 2010

LA SOBREXPLOTACION DE LOS RECURSOS NATURALES

La sobreexplotación de los recursos naturales se produce cuando se extraen los organismos o se explota los ecosistemas a un ritmo mayor que el de su regeneración natural. Por lo tanto, son varias las actividades que ocasionan este problema. El mayor impacto de la sobreexplotación es la pérdida de biodiversidad, es decir, la extinción del recurso, lo cual tiene otras consecuencias, tanto ambientales -por ejemplo la interrupción de la redes tróficas- como socioeconómicas, pues se pierde un fuente importante de ingresos y se deteriora la seguridad alimentaría, entre otras secuelas. En el Ecuador hay varios ejemplos de sobreexplotación; son muchas las especies y ecosistemas marinos, terrestres y dulceacuícolas que han sido y están siendo explotados desmedidamente hasta el punto que han desaparecido o están a punto de hacerlo. En el caso de las especies marinas, las actividades pesqueras industrial y artesanal se caracterizan por el aprovechamiento desmedido de los recursos. Por ejemplo, a principios de la década de 1980 se sobre pescaba Macarela, por lo cual a principios de la década de 1990 los volúmenes capturados disminuyeron notablemente. Lo mismo ha sucedido con la Sardina: en 1986 se llegó al pico máximo de captura: cerca de un millón de toneladas métricas. Pero a partir de ese año las capturas disminuyeron considerablemente y paulatinamente, hasta menos de 100.000 toneladas métricas a partir de 1990. La causa de este desastre: la sobreexplotación. Otros casos de especies marinas explotadas sin control son el de los pepinos de mar en Galápagos y de las larvas de camarón en la Costa. ¿Será ese el destino de las diversas especies de atún?


También las especies de agua dulce son sobreexplotadas, por ejemplo cuando se pesca con dinamita o barbasco y se mata peces de todos los tamaños, no solo de las especies que se quiere obtener sino también de otros organismos. Además no se discrimina entre huevos, juveniles y adultos: se destruye todo. En cuanto a las especies terrestres, algunos árboles maderables como el guayacán están en peligro de extinción debido a la sobreexplotación, y también algunas orquídeas y otros organismos son sobreaprovechados para el tráfico de especies. La cacería comercial e inclusive la de subsistencia, cuando son llevadas a cabo indiscriminadamente, también son ejemplos de sobreexplotación. Inclusive los ecosistemas naturales pueden ser sobreexplotados. Tales son los casos de los estuarios, espacios acuáticos sobreutilizados para establecer piscinas camaroneras, de lagunas andinas que proveen el agua, o de los bosques que son reforestados con diversos fines, entre muchos otros espacios.


Dado que los impactos de este problema son irreversibles, el Estado ecuatoriano, al igual que otras naciones, ha decretado vedas de algunas especies con el fin de permitir su recuperación. Sin embargo, en el Ecuador son comunes la pesca, cacería y tala ilegal. Pese a que existen leyes y sanciones, los sistemas de control no son suficientes para detener éste fenómeno y, además, hay una gran red de corrupción que impide hacerlo. Las élites económicas y políticas que sustentan su riqueza en estas prácticas no sustentables no están dispuestas a modificar el modo de producción vigente, lo cual vuelve aún más difícil mejorar la situación. El modelo de obtener los recursos mediante su sobreexplotación se hace extensivo -aunque en menor escala- a las comunidades campesinas e indígenas, a los ciudadanos y ciudadanas de toda clase social, de toda etnia. Está claro que para solucionar este problema ambiental, no son suficientes las vedas. Primero es necesario un cambio profundo del modelo de desarrollo hacia uno en el cual las actividades productivas sean llevadas a cabo sustentablemente. Esto implica, a su vez, transformar la forma de pescar, la cultura misma de todas las personas.


Así, el problema de la sobreexplotación implica dejar de creer que si un recurso está ahí se lo debe aprovechar al máximo para obtener grandes riquezas en el corto plazo, y darnos cuenta que si lo seguimos haciendo como hasta ahora se agotará. Ejemplos ya existen, ya los hemos heredado de generaciones anteriores y los hemos mencionado en este texto. Es a las nuevas generaciones a quienes compete promover este cambio. No se trata de decir "ya no se explote más", sino de aprender a aprovechar sin depredar, y también a distribuir mejor los beneficios. Tomado de: EcoCiencia. 2001. Biodiverciudad, un recorrido por la megadiversidad de Ecuador (CD- ROM) Quito- EcoCiencia.



























































































































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